LAS ABEJAS

Quién iba a pensar que, las abejas, tan pequeñas tienen un historial que nos brinda buenas lecciones.
LAS ABEJAS 
Las viejas abejas no regresan a la colmena por la noche. Pasan la noche en las flores y, si tienen la suerte de ver otro amanecer, retoman su actividad llevando polen o néctar a la colonia. Actúan así sabiendo que su fin está cerca. Ninguna abeja espera morir en la colmena para no ser una carga para las demás.
Las abejas tienen sangre fría, como todos los insectos, pero dentro de la colonia forman un mega-organismo cálido.
Hay abejas que recolectan polen y otras que traen néctar. Una abeja polinizadora nunca cambiará su tarea para recolectar néctar, y viceversa.
Aunque los diente de león son amarillos, su polen se vuelve naranja cuando se mezcla con néctar en el ánfora.
El récord de supervivencia de una colonia de abejas durante el invierno es de 356 días sin que salgan a limpiar los vuelos.
Las abejas pueden ser útiles para los humanos incluso después de su muerte, ya que se utilizan para tratar dolores articulares. ¡Las abejas nunca duermen! ¡Gracias, mis pequeñas abejas benditas!

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