EL ADIÓS A NUESTRO PADRES

Reflexiones de Don Vidal
En la vida, hay que ser agradecido, en especial y primer lugar con nuestros progenitores El mínimo acto de amor que puede realizar un hijo es pasar los últimos momentos de su vida con sus padres.
EL ADIÓS A NUESTROS PADRES
Anita Riot
Feliz el hijo que es el padre de su padre antes de su muerte! ¡Y ay del hijo que solo aparece en el funeral y no dice un pequeño adiós cada día!
Mi amigo Joe acompañó a su padre hasta sus últimos minutos. En el hospital, la enfermera lo estaba moviendo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento, ¡Déjame ayudarte!
Reunió sus fuerzas y tomó a su padre en su regazo por primera vez. Acercó el rostro de su padre a su pecho. Colocó a su padre, enfermo de cáncer, sobre sus hombros, pequeño, arrugado, frágil, tembloroso
Lo sostuvo durante mucho tiempo, el equivalente de su infancia, el equivalente de su adolescencia, un largo tiempo, un tiempo interminable. Meciendo a su padre de un lado a otro. Acariciando a su padre, calmando a su padre. Y dijo suavemente: ¡Estoy aquí, estoy aquí, papá! Lo que un padre quiere escuchar al final de su vida es que su hijo diga que está allí
Aunque cuidar de nuestros padres puede ser agotador, no podemos olvidar que esta tristeza y cansancio son parte del duelo que necesitamos procesar. Es parte de decir adiós, adiós a parte de nuestra alma, nuestra infancia.
Aunque cuidar de nuestros padres puede ser agotador, no podemos olvidar que esta tristeza y cansancio son parte del duelo que necesitamos procesar. Es parte de decir adiós, adiós a parte de nuestra alma, nuestra infancia.


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