A partir del momento en que Ruth Shady anunció al mundo el descubrimiento de la civilización caral la forma de ver el pasado pre incaico tomó otro caris
Ya no se le llamaba cultura desde ese momento se les comenzó a llamar civilizaciones y es que cada grupo humano que será sentado en determinadas zonas había adoptado sus propias características.
Esa características no identificaba entre todas algunas sobresalían por su cerámica por sus construcciones por su medicina pero tenían algo en común la dedicación a la tierra ellos sabían todos ellos se habían entendido de que la tierra lo es todo para el hombre le da vida la alimenta y la recibe cuando muere
LA CIVILIZACIÓN CARAL
Antes de las pirámides de Egipto… antes de los zigurats de Mesopotamia… en la costa desértica del actual Perú, ya florecía una civilización que cambió para siempre el curso de la historia americana: Caral, la ciudad sagrada más antigua de América.
Ubicada en el valle de Supe, a pocos kilómetros del Pacífico, Caral se desarrolló alrededor del 3000 a.C., lo que la convierte en contemporánea de las civilizaciones más antiguas del mundo. Y sin embargo, permaneció oculta durante milenios, enterrada bajo arena y olvido… hasta que su descubrimiento revolucionó todo lo que creíamos saber sobre los orígenes de la civilización en el continente.
Arquitectura Monumental sin Ejércitos ni Armas
A diferencia de otras civilizaciones antiguas, Caral no muestra evidencias de violencia o guerra. Lo que sí revela es un sorprendente desarrollo urbanístico:
Pirámides escalonadas de hasta 28 metros de altura.
Plazas circulares empotradas, perfectamente diseñadas para rituales colectivos.
Templos y recintos sagrados conectados por una planificación avanzada.
Sistemas de irrigación y canales, esenciales para hacer florecer la agricultura en el desierto.
Todo ello, sin el uso de cerámica ni escritura, pero con un grado de organización social, simbólica y tecnológica que impresiona a los investigadores modernos.
Ciencia, música y cosmología
Caral fue una sociedad sofisticada:
Practicaban la agricultura intensiva, cultivando algodón, zapallo y ají.
Intercambiaban productos con pueblos de la sierra y la selva, revelando una red económica compleja.
Se han hallado flautas hechas con huesos de cóndor y pelícano, lo que indica una rica tradición musical vinculada a lo sagrado.
Incluso construían con técnicas antisísmicas, mucho antes de que el término existiera.
Un redescubrimiento que cambió la historia
Redescubierta por la arqueóloga Ruth Shady en los años noventa, Caral obligó a reescribir los libros de historia. Hasta entonces, se creía que las civilizaciones andinas se habían desarrollado milenios después de Egipto o Sumeria… pero Caral demostró que los Andes fueron cuna de una de las primeras civilizaciones del mundo, de manera autónoma e independiente.
Caral no solo es una ciudad antigua. Es un mensaje en piedra, un susurro de los ancestros que nos recuerda que América fue parte del génesis de la civilización humana.
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